El Che en Bolivia, cronología de una derrota
Catorce años pasaron entre la primera y la última vez que el Che visitó Bolivia. La primera vez fue en 1952 cuando llegó con ojos de cándido viajero, el alma presta a atrapar las facetas diversas de la América Latina. La última, en 1966 como parte de un plan consistente en instalar focos guerrilleros en el tercer mundo: “crear dos, tres... muchos Vietnam”.
El Che guerrillero ingresa a Bolivia un 3 de noviembre de 1966 bajo el nombre de Adolfo Mena haciéndose pasar por funcionario de la OEA. Su nuevo aspecto, cuidadosamente trabajado por la inteligencia cubana, nada tiene que ver con el glamour que se le conoce en la mítica fotografía captada por Alberto Korda y divulgada por doquier tras su muerte. Lleva la cabeza afeitada, anteojos con montura de carey, traje a medida y corbata. Nadie es capaz de sospechar que allí se esconde uno de los hombre más buscados por la CIA.
En esta etapa de su vida, el Che es ya una celebridad: ha conquistado y consolidado junto a Fidel Castro la flamante revolución cubana, ha sido ministro de Industria en Cuba y, por sí fuera poco, ha renunciado también ya a todas las comodidades del poder dejándolo todo para iniciar en el Congo un foco guerrillero cuyos resultados catalogó el mismo más tarde como desastrosos.
En Bolivia, tras hacer sus primeros contactos en La Paz, el Che se desplaza hasta la zona de Ñancahuazú (al sudeste del país) el 7 de noviembre de 1966. Comienza allí sus primeras exploraciones del que será su territorio de peregrinaje por algo más de 11 meses.
En febrero de 1967 organiza una primera expedición de reconocimiento de la zona junto al grueso de la guerrilla conformada por no más de 47 combatientes. Es una misión prevista para 15 días que acaba demorando casi seis semanas. Un entrenamiento militar a marcha forzada que deja como saldo en contra dos bolivianos engullidos por el caudaloso río grande.
Es apenas el comienzo pero las cosas no pintan muy bien. El grupo de guerrilleros es menos grande de lo que se esperaba, las relaciones con el partido comunista de La Paz se han deteriorado por discrepancias de poder y, por si fuera poco, las provisiones escasean dado que el responsable económico de la guerrillera en La Paz ha huido con el cuarto de millón de dólares recibido para efectuar las compras de abastecimiento.
En marzo de ese año, el ejército boliviano es advertido que personas con uniforme militar merodean la región ubicada al norte de Camiri y el 11 de marzo este precario grupo subversivo sufre ya la deserción de dos de sus miembros que se entregan al ejército boliviano y comienzan a delatar a sus compañeros.
Ese mes se inician también los primeros combates y una patrulla militar es atacada en el río Ñancahuazu con un saldo de siete soldados muertos y 14 prisioneros. Este enfrentamiento constituye una de las victorias más importantes de la guerrilla. Los prisioneros son devueltos poco más tarde sin sus armas ni uniformes, humillados por la derrota y con declaraciones que, para justificar la caída, magnifican la potencia de la guerrilla haciendo creer que el grupo subversivo supera los 400 hombres.
La intervención norteamericana
La intervención de la CIA en la captura y asesinato del Che no es un secreto. El 27 de marzo la guerrilla anuncia de manera oficial la formación del Ejército Nacional Liberación de Bolivia y lanza un primer comunicado al pueblo boliviano a fin de obtener el apoyo de éste. Ese mismo día llegan a Bolivia el teniente coronel Redmon Weber y el mayor Ralph Shelton, dos expertos norteamericanos en guerra de guerrillas, seguidos semanas más tarde por otros quince instructores en contrainsurgencia con el fin de entrenar a un batallón de rangers bolivianos.
En abril, gracias a la información extraída a los primeros desertores, el ejército localiza y ocupa el campamento central de la guerrilla. Por asuntos estratégicos, el grupo guerrillero se separa y el Che deja la retaguardia al mando de Joaquín, un hombre de confianza que ha peleado con él en la Sierra Maestra. El contacto entre ambos grupos nunca más se restablece.
En el ámbito nacional la situación sube de temperatura. El 6 de junio la asamblea de mineros de Huanuni expresa su solidaridad con la guerrilla y un día más tarde el gobierno de Barrientos decreta estado de sitio. Las localidades mineras de Huanuni y Siglo XX son tomadas por los militares que acribillan a 26 mineros que intentan resistir la ocupación. El ejército toma también el centro minero de Catavi donde mata a 40 mineros y deja más de una centena de heridos.
En el frente, el grupo de Joaquín cae en la emboscada de Vado del Yeso (agosto 31). Nueve guerrilleros son acribillados allí mientras cruzan el río producto de una delación. El Che, sin tener aún la certeza de haber perdido a la retaguardia en combate escribe en su diario que ha sido el peor mes en lo que va de guerra, tanto por el descubrimiento por parte del ejército de cuevas estratégicas con documentos y medicamentos como por la pérdida de hombres. Además, su estado de salud se halla muy deteriorado por el asma y, por si fuera poco, la ansiada incorporación campesina a la guerrilla nunca llega.
El final
El cerco al Che se hace cada vez más estrecho y el ejército muestra mayor efectividad en sus acciones. El 26 de septiembre tres guerrilleros son muertos en una emboscada emplazada muy cerca de la Higuera y la cuenta regresiva ha comenzado para el Che: el destino le tiene reservado nada más que 12 días de vida.
Tras varios días de peregrinaje ciego y desesperado, el 8 de Octubre la columna del Che es acorralada en la quebrada del Churo y en combate desigual sus hombres van cayendo uno a uno bajo el nutrido fuego enemigo.
El Che, herido en una pierna y portando un fusil inutilizado, es capturado, junto a Simeón Cuba (Willy). De los 17 guerrilleros que han llegado a la Higuera, buena parte están ya muertos y sólo cinco de ellos logran romper el cerco y llegar hasta Chile meses más tarde.